Hazte Voluntario
Es muy difícil sacar adelante una asociación de animales. Cada día nuestro refugio necesita limpieza y nuestros gatos necesitan alimentos, higiene y, sobre todo, mucho cariño. A veces tenemos que realizar tareas extras o llevar a alguno de nuestros enfermitos al veterinario. Es raro el día que no recibimos peticiones de ayuda desesperada, ya sea para callejeros en peligro o malheridos o para camadas o domésticos que dejan de serlo porque sus dueños ya no pueden cuidar de ellos. Siempre hay particulares desorientados que nos consultan.
Cuando salen adoptados, otros ocupan sus lugares en el refugio, gatos con historias en su mayoría desgraciadas que llegan a un lugar nuevo, desconocido y que no tienen más opción en sus vidas que esperar a que alguien escriba sus historias, que otros las difundan y que una familia las lea y quiera darles un hogar.
Buscar recursos, hacer la compra, organizar los tunos, llevar los calendarios veterinarios, acudir a eventos, crearlos, organizar la tienda, gestionar la tesorería, hacer preseguimientos, postseguimientos, mantener el control y contacto con las difusiones externas, seguir las redes sociales, la web, hacer cartelería, fotos, vídeos,…
Es una lucha diaria, constante, difícil, sacrificada pero por encima de todo, muy gratificante porque no hay mayor remuneración que saber que todo este trabajo salva cada año a cientos de animales que hubieran muerto, atropellados, atacados por otros animales o por las propias personas, o de hambre, enfermos… solos.
Defensa Felina no sería posible sin las manos de los voluntarios que trabajan para mantenerla. Somos sólo personas que queremos un mundo mejor para los que no tienen voz, ni derechos, para los despreciados que sufren la indiferencia humana.
No hay crisis, ni obstáculos, ni sufrimiento.